domingo, 15 de mayo de 2016

CONSTITUCIÓN DEL CONSEJO CONSULTIVO DEL CAN




Paso a paso vamos concretando el armado de una estructura que aspira a contener  con espíritu amical, de camaradería, patriótico y movimientista a todos los argentinos de buena voluntad identificados o que se identifiquen en el futuro con el ideario Nacionalista Argentino. Porque no solo aspiramos a la captación de militantes, aspiramos  también a difundir, obtener apoyos . Lograr un área de influencia donde se verifique  un cambio de mentalidad de muchos  patriotas y un espacio político en que se manifiesten de diferentes formas estos compatriotas. Área de influencia que debe ir ampliándose hasta lograr el efecto de masa crítica.
Aspiramos a lograr un desarrollo territorial o sea pretendemos que en todos los sitios del país o en los más importantes y neurálgicos, haya nacionalistas trabajando por la causa. No más focos aislados. Con espíritu federal, despegando de  la influencia, para algunos nefasta,  de Buenos Aires.
Queremos lograr también una organización de cuadros aclarando que cuadro político es aquel militante que ha alcanzado cierto desarrollo de conocimientos y saberes  en  temas vinculados a la política , economía, historia,  etc. Que los aplica críticamente en su vida práctica de acuerdo a las circunstancias que le tocan vivir. No es un individuo aislado, es decir, no puede ser  sin la organización que lo contiene, lo representa y le da directivas de acción.
Es un militante, aplicado al trabajo, y su capacidad de acción lo sitúa en el lugar de organizador, de impulsor del avance nacionalista y de constructor de poder para el mismo desde la trinchera de lucha. Es un soldado político. No todo militante puede ser un cuadro si no tiene los conocimientos necesarios adquiridos con el tiempo, el estudio y la experiencia.
Necesitamos también la afluencia a nuestras filas de cuadros técnicos con criterios políticos patrióticos, imprescindibles para formar una plantilla de asesores versados en diferentes disciplinas, ciencias y saberes auxiliares o complementarios de la tarea política. No podemos descuidar esto como no podemos ser indiferentes al principio aristocrático que establece que los mejores deben ser los indicados para servir u orientar al movimiento y en su tiempo a la Patria.
Logramos ya darnos una estructura jerárquica con un Secretariado General -un Secretario General y dos adjuntos- electo por las agrupaciones y se ha formado un consejo consultivo de nueve miembros para asesoramiento del Secretariado. Podemos decir que tenemos estructurado algo que en lenguaje político suele llamarse un frente.
Llegó entonces el momento de arremangarse y trabajar, de ir a lo concreto que es la lucha frontal política contra el Sistema. Facta non verba.
Creemos que terminó la hora de las polémicas y discusiones políticamente inconducentes o solo conducentes al inmovilismo y el desánimo o la desmovilización. No las alentamos ni propiciamos. No intervenimos en las preexistentes.
Hace rato que caímos en la cuenta que dentro de este Sistema no hay mal menor, lo hemos explicado hasta la saciedad, si alguno quiere tranquilizar la conciencia apelando a este trillado tema no es nuestro problema, ni tenemos más tiempo para rebatirle y polemizar.
Si no terminamos con el mencionado Sistema, seguro termina con Argentina. Cuando hablamos de terminar con él no nos ponemos a analizar puntillosamente las formas, ni nos atamos a dogmas donde no los hay: serán las que las circunstancias aconsejen dentro de la prudencia y la moral.
En ese orden de cosas no descartamos nada: por ello, para esa lucha, es importante darse cuenta quien es el enemigo actual y no dejarnos engañar con análisis antediluvianos realizados algunos  de buena fe, otros al efecto de sacarnos de foco. Justamente tenemos que tener bien enfocada la mira.
Tampoco  vamos a perder tiempo en argüir sobre situaciones que, pese a lo tristes que sean, no están en nuestras manos -por su dimensión o complejidad- dilucidar o solucionar. Es ridículo pensar que quien no puede lo menos vaya a poder lo más. Tampoco vamos a perorar sobre personajes que el entero mundo mira arrobado pero son meros vendedores de humo, a quienes sabemos  absolutamente enemigos y que  debemos combatir.
A esta altura de las circunstancias en ciertas cosas ya no intervenimos. No tropezamos nuevamente con la misma piedra. Hablamos de política -que es nuestra tarea- con el lenguaje de la política. Concretamente no hacemos integrismo. Diferenciamos bien en que plano se encuentra la política. Nos enfocamos al trabajo, a combatir al enemigo y construir poder  para el Nacionalismo. Es ardua la tarea que nos espera y duro el enemigo que tenemos enfrente. El que es afín a nosotros, comprende el mensaje y quiere luchar, que se nos una, lo recibiremos con los brazos abiertos; el que no, que nos deje luchar tranquilos.

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